Tras la exitosa prueba del misil balístico de alcance intermedio Oréshnik, que destruyó el complejo industrial ucraniano en Dnepropetrovsk, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció este viernes que ha instruido la producción en serie de estas potentes armas.
“De hecho, [la fabricación] está prácticamente organizada. Teniendo en cuenta la fuerza especial de esta arma, su potencia, se pondrá en servicio específicamente en las Fuerzas de Misiles Estratégicos”, declaró Putin.
El líder ruso dijo que el Oréshnik no es sólo un arma hipersónica eficaz. Debido a su poder de ataque, especialmente cuando se usa en grupo, e incluso en combinación con otros sistemas de largo alcance de alta precisión que también tiene Rusia, “los resultados de su uso contra objetivos enemigos serán comparables en efecto y potencia a las armas estratégicas”.
“De hecho, el sistema Oréshnik no es un arma estratégica, en cualquier caso, no es un misil balístico intercontinental, no es un medio de destrucción masiva, porque también es un arma de alta precisión”, explicó el líder ruso.
Putin reiteró que, a día de hoy, no existen en el mundo medios que puedan interceptar un misil Oréshnik, que se convierte asimismo en otro garante fiable de la integridad territorial de Rusia.
Occidente reacciona al misil Oréshnik
Tras la exitosa prueba del misil balístico de alcance intermedio Oréshnik, utilizado contra el complejo industrial ucraniano, la opinión pública occidental ha reaccionado con cautela y se ha mostrado sorprendida por las armas que Rusia podría tener en su poder.
“Los misiles balísticos más pesados, con múltiples ojivas, son singularmente aterradores, debido a su asociación con la guerra nuclear”, sostiene la revista Forbes.
“Parece muy probable que su objetivo sea responder al uso del ATACMS contra Rusia”, sugiere Shashank Joshi, editor de defensa de The Economist. Mientras, CNN estima que la prueba de este misil es un mensaje de Moscú a Occidente de que “tiene mayores capacidades que las mostradas anteriormente”.
Financial Times describe el ataque como un intento de demostrar “la capacidad de superar a Occidente en la escala de las represalias” en su intento de “disuadir el apoyo occidental a Ucrania”.
La reacción de la opinión pública occidental tiene sobradas razones para mantener cautela, justo cuando el comandante de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de Rusia, Serguéi Karakáyev, ha declarado que el misil Oréshnik “puede impactar contra los objetivos en todo el territorio de Europa, lo que lo distingue de otras armas de precisión de gran alcance”.
El uso intensivo de este tipo de armamento “será comparable con el uso de armas nucleares”, agregó, señalando que el desarrollo de Oréshnik permitirá “ampliar las capacidades de combate de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica para destruir diversos tipos de blancos, conforme a las tareas asignadas, tanto en la versión no nuclear, como en la nuclear”.





