Por: Jesús Cepeda Villavicencio.
Reorganizar la UNIDAD, requería mucha serenidad y sensatez, para tomar las decisiones que consideráramos más efectivas en el inicio de una nueva ruta que nos conduzca a elecciones presidenciales libres y justas
Lo he dicho hasta la saciedad, casi a nivel de cansancio. Sino utilizamos la cortesía comunicacional, en quienes aún, a pesar de nuestros diversos puntos de vista, nos consideramos opositores, será imposible la sensatez unitaria, y sin ella no podremos salir de la tragedia. No se pueden esperar actuaciones políticas distintas, si la «unidad» con la que se ha concurrido a los últimos «eventos» electorales, ha actuado sin coherencia organizativa y las improvisaciones han sido el pan nuestro de cada día. Estos son momentos para la grandeza política y el desprendimiento, pero pareciera que para algunos políticos esto es un impensado. Lo que la gente llana siente, es lo absurdo de unos estériles enfrentamientos, que nada tienen que ver, con las naturales diferencias que no solo deben aflorar, sino que son necesarias para la construcción de una democracia relativamente decente. La realidad estimados amigos es una construcción gramatical, siembra odios y con absoluta seguridad recogerás tempestades. Reflexionemos con serenidad, esa expresión la expuse en una reunión política, y la respuesta de un compañero de la dirigencia política del estado, muy molesto, me dijo que sino bastaban 22 años, mi respuesta fue, que lo que se pretendía era concebir la unidad, más allá del justificado propósito de salir de Maduro, como una estrategia que nos permitiera acercarnos al sentir y pensar de un pueblo lastimado y empobrecido, por lo que reorganizar la UNIDAD, requería mucha serenidad y sensatez, para tomar las decisiones que consideráramos más efectivas en el inicio de una nueva ruta que nos conduzca a elecciones presidenciales libres y justas, que ya bastaba de seguir insistiendo en estériles discursos endilgadnos mutuas responsabilidades. Todo eso requiere declaraciones sensatas y acertadas, no las que observamos a diario, alcaldes electos que brincan al PSUV, gobernadores que claramente manifiestan un inusual e inconvente acercamiento con Maduro, cuando de lo que se trataba, al decidir participar en las pasadas elecciones, no era otra cosa que avanzar en el objetivo central de ir ocupando espacios. La gestión es organizando a un pueblo y definiendo en unida creativa, atenciones a la gente, no mendingándole a Maduro. La dictadura no cederá recursos, primero, porque no los tiene y segundo, porque no va a apostar al éxito de gestiones locales y regionales de ningún opositor. Por eso estimados amigos, la cosa se nos pone cada vez más difícil