Por: Jesús Cepeda
Como responder ante una situación debidamente planificada y concebida de tal manera, para que la sociedad se dilematizara entre el dogma chavista-madurista( fe ciega en el caudillo) y una problematización en extremo, de la cual ellos (régimen) hábilmente se exculpan, endilgandole a terceros la responsabilidad de esta tragedia; primero fue la fulana guerra económica, que no es otra cosa que un astuto ardid para ocultar su propia incapacidad en el enfrentamiento de los antivalores de la economía, creados por ellos mismos, en su absurda politica macroeconómica (controles, expropiaciones, confiscaciones, estatizaciónes, etc). Esto es obra de ellos y de sus entelequias mentales, de nadie más. Pero, la guerra económica pasó de moda, ya cumplió su papel, ahora le toca a las sanciones, como responsables de la crisis. Las sanciones obedecen a incumplimientos de tratados y acuerdos internacionales, no dependen de la voluntad opositora interna, sino de la prepotencia y de la soberbia de quién usurpa y se se asume como dueño del país, que no le da la gana de respetar derechos (consagrados en tratados de jerarquía global).
El cinismo de exonerarse de la problematización extrema que vive el país, encuentra eco en por lo menos 3000000 de personas que todavía creen en eso, y en una dirigencia política, que lamentable y descaradamente le hace el juego a estos charrasqueados de baja ralea, y eso estimados amigos es lo verdaderamente lamentable. Por eso sí no logramos imponer la sensatez en nuestra organizaciones políticas y en la propia sociedad civil, que es prisionera de la antipolitica, definitivamente no podremos salir de esta desgracia. Hoy hay razones y situaciones que nos desafían, veremos de qué estamos hechos. En Barinas nació esto, allí puede a su vez iniciarse el detonante que ayude a clausurar este negro y triste capítulo de nuestra historia.
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